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Represalias

Las leyes puestas en vigor por la EEOC te protegen de ser castigado, tratado de manera diferente u hostigado en el trabajo porque tú o un amigo, padre o alguien con quien te asocias radiquen una querella por discriminación en el empleo ante la EEOC o denuncien discriminación hacia otros. Estas leyes también te protegen de ser castigado, tratado de manera diferente u hostigado en el trabajo por ayudar a que otra persona reporte discriminación en el empleo. Esto se denomina tu derecho de estar protegido contra "represalias".

Cuando radicas una querella por discriminación en el empleo ante la EEOC o participas de algún otro modo en una investigación o juicio de la EEOC, estás protegido contra las represalias sin importar la validez ni la racionalidad de la acusación original por discriminación. Esta protección se aplica a cualquier persona que participa en una investigación o juicio por discriminación en el empleo, incluyendo a cualquiera que radica una querella ante la EEOC o inicia un juicio, habla con la EEOC o es testigo.

Cuando denuncias discriminación ante otra persona que no sea la EEOC, se aplican reglas un tanto distintas. Para ser protegido contra las represalias en esta situación, debes creer de manera razonable y de buena fe que la práctica de la que te quejas es ilegal y debes oponerte a ella de manera razonable. También debe quedar razonablemente claro que te quejas por discriminación ilegal en el empleo. Si tu querella cumple con todos estos criterios, tu patrono no puede tomar represalias en tu contra, aunque estuvieras equivocado acerca de la ilegalidad de la práctica en discusión.

Aunque estás protegido contra las represalias, no estás eximido de continuar realizando tu trabajo ni de cumplir las reglas legítimas del lugar de trabajo de la empresa sólo por radicar una querella ante la EEOC o denunciar discriminación. Tu patrono tiene el derecho a esperar que continúes cumpliendo con las responsabilidades de tu trabajo.